domingo

Estrella verde

De imaginarios encapsulados, encuentros visuales con un par de viejos amantes en las micros, ninguno de ellos me cae bien. A veces me pregunto por qué decidí inventarme en esas formas, tan antiguas, tan nuevas. De imaginarios reales, son sólo palabras que recuerdo como extrañas, voces que buscaban ser vistas y ninguna de ellas existe ya. Tomando cócteles en la calle con mi mejor amigo, me encuentro con el primo de mi mejor amiga. "Bienvenida al barrio" me dice el primo de mi mejor amiga, ella a su vez, amante eterna de mi mejor amigo. No existe la bienvenida al cerro en el que creciste, no existen ya las ganas de rodearme de sensaciones, no existen los mismos paisajes. Ominoso retorno filtrado por drogas, legales todas, incluso la más dura. Hoy quise ir a bailar, pero hoy es luna llena y ya sabemos qué pasó la última luna llena. Mejor un recetario de agujas, una vela y un poco de música ambient. En esta lunación estoy cansado, cansado de culparme porque me duelen las cosas que a nadie le duelen. Mise en abyme. Hoy se acaba esta idea, este esfuerzo ridículo por negar mi neurodivergencia. El capitalismo exige que estemos solos, nos inventa el auto-cuidado para que la soledad física sea sinónimo de fortaleza. Esgrimiendo eufemismos de co-dependencia, como si necesitar fuera una patología, como si el dolor que a nadie más le duele fuera un pecado. En todo caso, todo es patología en este sistema. Tan sólo es cuestión de costumbre, lo aceptamos porque aprendemos a culparnos y así gira la rueda. Algunes arriba, otres abajo. No creo en los arribas, ni creo en los abajos. Todo es relativo, y todo es abandono en el capitalismo. Aquellos viejos amantes me buscaban por mi independencia, sabiendo que así podrían follar sin cuidado, sin miedo a tener que contener y empatizar con emociones que nunca aprendieron a tener. Independencia como una máscara, usé mi cuerpo para negar mi neurodivergencia. Pero ya no me interesa tener amantes, tampoco hacer como que debo estar solo. La dependencia no es sinónimo de enfermedad y el cuidado no es sinónimo de dependencia. "Without care we wither", escribe mi escritore neurodivergente favorite; sin cuidado nos marchitamos. Y hoy, estoy cansado de no ser cuidado como merezco.