sábado

H

cuando la casa se incendia / su vida sigue entera / en la hoja chamuscada de un cuaderno, / el alfil sobreviviente del ajedrez.

nací rodeada de brujas
en una familia de vientres.
el sacrificio fue carecer de lugar.
mi memoria me falla, no he podido armar mi altar.
nací rodeada de vientres, en una familia de brujas
a pesar de tanto, creo que desde que llegué al mundo viví sin pertenencia; siempre oscilando. equilibrio complicado entre ser y tener un cuerpo, meterlo en algún lugar.
la memoria me falla, cuando intento el presente tengo que respirar para que el tiempo no se me escape. inventar uno nuevo. evoco la fuerte y dulce voz de S. pidiéndome que me levante del piso, la sangre de mi frente calienta la tierra escondida.
Arriba Valen Levantate Por Favor Levantate. ese es el último recuerdo que he guardado con frenesí.
no me pude levantar. a partir de ahí, la memoria y el tiempo han cambiado. premisa a la pérdida.

le comenté a P. que mis deseos de muerte están lejos de la intención, pero olvidé decirle que cuando el deseo se oculta, el cuerpo se une a los oníricos para filtrar;
muerte llena de vida, anoche logré escapar. el vivero estaba lleno de tumbas. los antepasados que hirieron habían sido enterrados en el mismo lugar, todos juntos. la bestia de mis pesadillas ostentaba la lápida más grande.
cerraba la escena con el recuerdo de la primera vez que vi mi sangre. pequeña jugaba con una navaja, abriendo el dedo índice de la mano derecha, esperando ver mi interior hecho de cuerdas, de oro quizás.
la luz del sol entrando por la ventana del segundo piso. la misma de la que casi salto una vez, hace tantos años. en esta idéntica cuenca.

cóncava sin lugar. ser sin lugar. tanto que aprendimos de desterritorialización con gilles y félix, en cuatro paredes, una utopía. hermosa broma multiplicada al esquizoanalizarnos, camino al campo, dejando la ciudad.
en cuatro paredes reza:
no ser nadie
no llevar a nadie a la montaña.
la mar discrepa.

amada caricia humana
impasible e inconstante
                                            aterrada tal vez.
gloria oculta del tesoro
golondrina tuya
    tuya la voz
       tuyo el camino
           reiterativo bajo los árboles.
tanta intensidad amarrada
de una pluma en un extremo
de una piedra en el otro.
incurrir en el error
de corresponder sin ser invitada,
asustarse por sinécdoque
imitar por sobrevivencia.
llorar en el acantilado
tener algo para decir,
que salga pero que no llegue.

la contradicción se aferra
una de cal y una de arena.
resistencia a la paradoja
no esperar nada a cambio,
fuego arquetípico del acto y la palabra.
es en escencia un ejercicio autopoiético
seguir a la luna
que sigue al sol
que aunque no la alumbre
la espera.
ella regresa, suelta
y vuelve a girar.

atención flotante música para el corazón
llegada directa                     del corazón
rodeando la aorta                 y corazón
pasando por el caracol.

mi abuela se llamaba Hortensia
mi bisabuela también.
vivieron en este páramo de la tierra
donde en verano vestimos sombreros.