jueves

y sé que hay más.

es genuina la resaca de la melancolía
mas fundirse en ella es desertar, pensé.
en las palabras dichas
a veces buenas
a veces venenosas
en el borde de la roca al lado del sambaquí 
donde alguna vez los carijós murieron
vos mirabas el horizonte con los mutantes en tus oídos
yo quise saltar al atlántico que rompía con furia
pero tu padre inició una interesante charla sobre los tipos de azul en el cielo.
a la luz de ese día, o quizás del tercer o del segundo, no había expectativa alguna que se cumpliera si sólo cerraba los ojos. las ilusiones son violentas, pensé.
estar en la oscuridad. como volver a ese lugar en el que una interrumpe la paz.
tu padre me expresó su inquietud sobre la sensación de desprotección que significaba migrar, desterritorializarse del nacimiento en el mismísimo segundo después de salir.
esperar esas ilusiones, dentro de todo, es perder el tiempo en esa desprotección soterrada por un poder que ha sido negado en nosotras muchísimos años, pensé.
a la mañana siguiente, creí haber soñado con rosa
si cada tanto logro recordar su voz,
creo poder llegar a cerrar el asunto
pensé
será esa su voz?
fue alguna vez esa?
¿se acordará de mi?
yo tengo problemas si intento olvidarla, resumí.
estuve sin llorar bastantes días
sintiéndome en un loop digno de westworld
el silencio del morro me calmaba el engranaje mental
el paisaje atlántico me lo encendía
reveries de lo que fuimos, de lo que ya no éramos
fui pensando cómo desligarme lentamente
fui dándome cuenta de las significancias del vacío
lo más difícil es tener que dejar de desear, pensé
no es la última ni la primera
mas las circunstancias son distintas
las palabras que se usan son distintas
y justamente hay algo de las palabras
que no queda.
tuve las ganas de ignorar ese suceso que aconteció 
en el micro
en el medio del viaje
en la mitad de la mesopotamia correntina
pero pensé:
no tengo razón alguna para ocultar mis sentimientos 
¿o sí?
en otro estado inusual
la eterna náusea, un sangrado efímero
tuve las ganas de romper todo
dinamitar el morro para llamar tu atención
el sueño de la razón produce monstruos
citó tu padre.
y tus sensaciones pasaron desapercibidas
incluso ignoradas por vos mismo;
pero la huella quedó 
potente al tacto
yo sólo esperaba no morir en el intento.
y atardecerme
más
lejos.
hoy por hoy 
sol de verano
sueños, la vida
es sueño y los sueños
sueños son, pensé.
así mismo sin querer 
soñé con tu hermano
algo pasaba en buenos aires y él tenía que esconderme
me escondió y no pude evitarlo
lo besé.
volví a lo mismo
encontrando respuestas en los otros
el infierno
autoboicoteándome otra vez.
se viene el año nuevo chino, pensé
cada vez más cerca del chancho.
pero justo cuando creí que estaba normal de vuelta
me fui en picada hacia la nada.
volví al punto de partida vacío
vacío de relleno inocuo
el momento en que la carta se cayó de tu bolsillo
una carta dentro de un bolsillo con gente viviendo dentro de la carta.
quise explotar en el morro explotado, tan cerrado como la tormenta de esa misma noche. 
sola en el cuarto mirando los rayos, escuchando los truenos.
vos perdido en el pozo de caneco. 
no hay un punto exacto, a ratos se rompe con la parafernalia 
quebrada por la paciencia infinita que puedo tenerte, pensé.
quise llorar
protección ventricular, rasgo inefable
eso no significa 
que lo haya hecho.
siete u ocho de la mañana en siriú
vos perdido entre las olas al otro lado del morrinho 
yo flotando en el agua de una mar azul cristalina
pensando en la arena después de la tormenta
me dije sin querer
no te amo más
y si fuera un robot, pensé
y me hubieran programado para hacerlo, pensé
yo ya me habría desprogramado.
la cuestión fue que 
al medio día cuando me invitaste a caminar 
por las quebradas de la playa
intenté que saliera de mi boca todo el trayecto
mas no logré encontrar el momento preciso
que interrumpiera ese silencio de hielo 
que veníamos arrastrando
sentí culpa enterrada
entre los corales y aquella tortuga.
días después
justo antes de subir a la piedra blanca
pude decirlo 
en el taller de tu padre
perdidos entre sus cuadros
me abrazaste 
luego de tanto tiempo
al mismo tiempo.
todo cambió con ese azul 
más azul que yo
y pensé en nick drake sonriéndome
mirando el atlántico como si fuera el pacífico.
sentí del ruido y la furia
la angustia contradictoria que me alejó
justo
en un buen momento.

y sé que hubo más.