domingo

sugilita

serpentea la reminiscencia de la esquina.
equívoca en la voluntad pero aún ofreciéndose en el fuego.
las fiestas interminables del ser y la nada,
grandes verdes sobre un encuentro que va
siendo leído apenas sucede.
cuál es el alcance de un deseo congelado pétreo
la circunstancia fluye y redobla un pasaje
roto hace mucho tiempo. hay un lado
profundo y zigzageante donde el ser y la
nada se encuentran. donde las flores del
mal sueñan recuerdos sonoros; de la mar
quizás de un espejo de pupilas dilatadas.
no es cuestión de encontrarse una
serpiente muerta, ni preguntarse si en esta
misma fecha, un año más adelante,
aún nos veremos las caras. caras rotas
tres tristes tigres.
si vuelvo la noche al día, logro sentir
el miedo que tuve aquella tarde en
la que probé ese mililitro fuera de lugar.
siendo dios fuera de imagen.
y ya no caben pesadillas
ni saltar por la ventana
de un segundo piso.


jueves

reveries de somit

y entonces así fue como llegué hasta acá;
no hay precepto que no sea antiguo.
me pregunto casi todos los días
cómo
llegué
hasta
este
lugar.
y luego vuelvo a recordar la cuestión:
-no eres sino mi espejo
mi satélite
-que orbita?
-sí, que te orbita.
añoro el dorado como señal de la abrupta compañía
llego a pensar que la muerte está ahí sólo para alcanzarla
pero no es muerte si no la decido viva.
en este símbolo diferimos tú y yo
tú le temes, yo la espero
ahí es donde acaba todo
tú y yo
rompemos el espejo
y siete años de mala suerte
7.
igualmente despierto
todos los días
aquí mismo
en el colchón que te echaste.
y sé que hay más.

es genuina la resaca de la melancolía
mas fundirse en ella es desertar, pensé.
en las palabras dichas
a veces buenas
a veces venenosas
en el borde de la roca al lado del sambaquí 
donde alguna vez los carijós murieron
vos mirabas el horizonte con los mutantes en tus oídos
yo quise saltar al atlántico que rompía con furia
pero tu padre inició una interesante charla sobre los tipos de azul en el cielo.
a la luz de ese día, o quizás del tercer o del segundo, no había expectativa alguna que se cumpliera si sólo cerraba los ojos. las ilusiones son violentas, pensé.
estar en la oscuridad. como volver a ese lugar en el que una interrumpe la paz.
tu padre me expresó su inquietud sobre la sensación de desprotección que significaba migrar, desterritorializarse del nacimiento en el mismísimo segundo después de salir.
esperar esas ilusiones, dentro de todo, es perder el tiempo en esa desprotección soterrada por un poder que ha sido negado en nosotras muchísimos años, pensé.
a la mañana siguiente, creí haber soñado con rosa
si cada tanto logro recordar su voz,
creo poder llegar a cerrar el asunto
pensé
será esa su voz?
fue alguna vez esa?
¿se acordará de mi?
yo tengo problemas si intento olvidarla, resumí.
estuve sin llorar bastantes días
sintiéndome en un loop digno de westworld
el silencio del morro me calmaba el engranaje mental
el paisaje atlántico me lo encendía
reveries de lo que fuimos, de lo que ya no éramos
fui pensando cómo desligarme lentamente
fui dándome cuenta de las significancias del vacío
lo más difícil es tener que dejar de desear, pensé
no es la última ni la primera
mas las circunstancias son distintas
las palabras que se usan son distintas
y justamente hay algo de las palabras
que no queda.
tuve las ganas de ignorar ese suceso que aconteció 
en el micro
en el medio del viaje
en la mitad de la mesopotamia correntina
pero pensé:
no tengo razón alguna para ocultar mis sentimientos 
¿o sí?
en otro estado inusual
la eterna náusea, un sangrado efímero
tuve las ganas de romper todo
dinamitar el morro para llamar tu atención
el sueño de la razón produce monstruos
citó tu padre.
y tus sensaciones pasaron desapercibidas
incluso ignoradas por vos mismo;
pero la huella quedó 
potente al tacto
yo sólo esperaba no morir en el intento.
y atardecerme
más
lejos.
hoy por hoy 
sol de verano
sueños, la vida
es sueño y los sueños
sueños son, pensé.
así mismo sin querer 
soñé con tu hermano
algo pasaba en buenos aires y él tenía que esconderme
me escondió y no pude evitarlo
lo besé.
volví a lo mismo
encontrando respuestas en los otros
el infierno
autoboicoteándome otra vez.
se viene el año nuevo chino, pensé
cada vez más cerca del chancho.
pero justo cuando creí que estaba normal de vuelta
me fui en picada hacia la nada.
volví al punto de partida vacío
vacío de relleno inocuo
el momento en que la carta se cayó de tu bolsillo
una carta dentro de un bolsillo con gente viviendo dentro de la carta.
quise explotar en el morro explotado, tan cerrado como la tormenta de esa misma noche. 
sola en el cuarto mirando los rayos, escuchando los truenos.
vos perdido en el pozo de caneco. 
no hay un punto exacto, a ratos se rompe con la parafernalia 
quebrada por la paciencia infinita que puedo tenerte, pensé.
quise llorar
protección ventricular, rasgo inefable
eso no significa 
que lo haya hecho.
siete u ocho de la mañana en siriú
vos perdido entre las olas al otro lado del morrinho 
yo flotando en el agua de una mar azul cristalina
pensando en la arena después de la tormenta
me dije sin querer
no te amo más
y si fuera un robot, pensé
y me hubieran programado para hacerlo, pensé
yo ya me habría desprogramado.
la cuestión fue que 
al medio día cuando me invitaste a caminar 
por las quebradas de la playa
intenté que saliera de mi boca todo el trayecto
mas no logré encontrar el momento preciso
que interrumpiera ese silencio de hielo 
que veníamos arrastrando
sentí culpa enterrada
entre los corales y aquella tortuga.
días después
justo antes de subir a la piedra blanca
pude decirlo 
en el taller de tu padre
perdidos entre sus cuadros
me abrazaste 
luego de tanto tiempo
al mismo tiempo.
todo cambió con ese azul 
más azul que yo
y pensé en nick drake sonriéndome
mirando el atlántico como si fuera el pacífico.
sentí del ruido y la furia
la angustia contradictoria que me alejó
justo
en un buen momento.

y sé que hubo más.

martes

amaneceseimaginaselmarelazulcobaltoabriéndosecomounaviejamirada

verano

día 2:
en mescolanza con día 1; una idea siempre aguarda para ser atendida. la determinación es más fuerte y el impulso viene solo. el mapa de la mano dice: continúa pero no esperes más encuentros inexistentes, ni en el pasado han quedado siquiera.
día 3:
·el jardín de las delicias
·el misterio
·el ideal
·ganas de llorar
·ganas de desfamilia
·y mar
hay pocas cosas que me atormentan tanto como extrañar la mar y la desfamilia (inventada de lo que hay).
el paraíso
la tierra
el infierno


transición

mirarse en el espejo,
el cielo en la tierra,
el espejo de mirarse
en cualquiera de estas tres dimensiones
que sugieren que ya está todo dicho 
al menos todo creado
un abrazo que de orden 
al poco método 
al invento de la soledad que siento en el útero
que se expande cuando se contrae.
otra premonición enmudecida:
clair(e) de lune o la suite completa, sin partes que le difieran. 
en el entretanto, ejercicios de desunión, 
la mentira de deckard
la violencia camuflada de ford.


otoño

metropoli nublada, jugando a ser real en una ciudad escondida hace años de mí. 
ayer: no animarse a falsear más la no tan abismal diferencia. sin querer, escuchar las conversaciones ajenas rompe con toda la información hasta entonces bien informada, ahora descubierta. 
subir hasta el punto más alto donde la tierra se encuentra al cielo con el que crea el infierno. del que siempre se regresa.
soleada esta vez la libertad en el goce de lo extraño,
lo extraño como catalizador de un deseo pensado roto. el tercer movimiento de la suite, una vez, otra vez. 
hoy: se abre el espacio que separa, se abre con cuchillo, quisiera más o quizás no. porque el juego no funciona así; el poder siempreterno de no estar solx no me corresponde esta vez. el poder de tener alegría dactilar de no soltar. de saber per se quel cariño se abre cual ventana en calamina, el poder del sesgo continuo y el loop perpetuo del atardecer brillante en el muelle.
no para mí, no esta estación.
el mapa de la mano dice:
dejar de confundir deseo con memoria, amor con nostalgia (sic)


fin

rosa solía decirme que yo tenía los pies perfectos. que cualquier zapato me vendría bien. un par de años después, la vendedora de una tienda de calzado me dijo exactamente lo mismo.
todos los zapatos, todas las prendas, el pelo y las sinfonías.

el que imaginas.
el que imagins.
el que imagns.

lunes

delirio una carta con dedicatoria

himno al dolor, quedase pegada mirando el horizonte.
está más frío que ayer, el agua no es una opción.
y toda la sal, que horror, le han contado que la sal es la peor parte.
entonces, cuántas veces repasaremos esto, 
sería más fácil, por ejemplo, tomar un barco y desaparecer?
casi como si nunca hubiera existido?
pero no sería eso una falta de respeto con nuestras desaparecidas,
secuestradas para ser prostituidas?
con nuestros compañeros de militancia arrojados al mar en los vuelos de la muerte?
una desaparición inminente, una falta al himno 
no, no es una opción tampoco.

sería todo tan simple
si no viera tan claro
todo lo que ahí ya está
lo poco que queda siempre.
será una forma antes que la otra
porque siempre ha sido así
o que acaso el acceso aún es unilateral?

todo lo que se exige, 
ya existió antes
sólo verlo en el espejo lo hace tan vertiginoso.
la búsqueda remite entonces a un destino inevitable,
con o sin llanto se dice lo que no se sabe y ya.
saltar. y ojalá nunca caer.

sábado

nigredo

nigredo da paso al acceso unilateral que ofrece variedades que remiten remiten al recuerdo que siempre se conserva como sello de fuego que crece abrupto abrupto el desenlace que ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte muerte, ir y volver de plutón qué queda de aquello cuando ya sabes el futuro y el pasado es accesorio remoto a la distancia? distancia es el miedo traducido a la cuerpa, jamás esperando que esa cuerpa diga la verdad porque si no es la cuerpa la que miente, será el relato y no hay mayor tragedia tragedia, un sobre cerrado, impreso desde adentro hacia fuera con el tiempo que nos dimos; el tiempo manejado de manera circular para romper el esquema de tomarlo en serio, aunque ese sea el deseo deseo llorar después de tantos días ignorando el vínculo que unió ideas rotas, ya no es fresca la mirada, a ratos reaparece la voz que crucifica en la perplejidad sincronizada sincronizada la estación temporal, el mar transparente de otoño, la limpieza que llueve a viva voz; pocas veces hemos representado con mayor precisión la ida hacia lo ignoto ella mira el horizonte vacío mientras yo me desintegro al pensar que no todo lo que he hecho está bien por dentro dentro he de repetir lo que siento busco en las dimensiones ya abiertas lo que puedo manejar, es poco, aspiro a mucho; la realidad siempre amaga más, imágenes que inundan delirios que nunca esperé concretar: el cielo se quedó ahí para siempre siempre que pude lo intenté, abrir los ojos, mirarme las manos, está aún la cicatriz o fue sólo ese sueño en el que me dejaste sola? sola, la envidia de estar sola no la recuerdo sino por mi linaje, imposible estarlo sin querer morir por dentro y al definirla, al intentar definirla se destruye el pedazo ciego que tenía guardado para apostar, es claro que ese vacío interpreta como quiere las ideas subrayadas en el fondo del cuadro robado, inventado con fines propios inversos a la acción acción, a la acción sin buscar condescendencias inverosímiles, ni brillantes, ni irrestrictas, ni culpables, ni disueltas; sin buscar ni siquiera a thánathos thánatos

lunes

these violent delights have violent ends

allí se desintegra el horizonte 
llueve sin ruido

hoy leyendo a cheever volví a sentir ese hormigueo prenupcial que irrumpe mis adormecimientos:

estaba cansada de intentar separar la fuerza de la soledad de la fuerza del amor y se sentía sola. se sentía sola, y el sol que se retiraba de la playa y la noche que llegaba la hacían sentirse tierna y asustada
qué es sino soledad, la fuerza del amor?
el invocarse en el espasmo del otre
con negación de una misma como ente perpetua


fuga conflictiva en un desierto
que es nuestro y está muerto
la verdad,
que es nuestra
y está muerta
y la abstracción como cauce migratorio (insolencia de mi propia cuerpa),
dirigen el reflejo hacia una dimensión subterránea 
indiferente

donde está el deseo que sentí antes del tiempo

donde fue todo el ego que no compartí 
donde va el quehacer que me acompleja

delirio de mi mano izquierda que pincha y deja de funcionar
sólo para buscar la profunda excusa
de no volver nunca más a ese lugar.

john si me lees,
ven a buscarme.