viernes

nuestra fama es emifera.

siendo ella:
Está arrepentida. Lo lee y se siente triste de saber que él tiene alguien más a quién dedicarle sus palabras.

siendo la otra:
Está feliz pero sabe que va a durar poco. Lo lee y sigue pensando, esto va a durar poco.

siendo él:
Está bien, como siempre. Se lee y le da vergüenza ser así una vez más. Sabe que ella está triste y que la otra leyó el futuro, pero parte a perderse para que la historia se repita quitándose la vergüenza de encima; que una se arrepienta y que la otra sólo se resigne.
Si al final, sólo quedamos tú y yo dice él, viendo su reflejo en algún bar, en algún vidrio ajeno o en un charco de agua.

a ver si nos dejamos ya de joder.

jueves

(...después se viraron todos, cero pelea, por ahí alguien le gritó maraca culia a esta mina y yo la abrazé o al menos pretendía abrazarla pero desperté en mi cama, sin abrazos, sin pan ni pedazo...)

martes

(y yo me quedé mirando el techo, con oscar en mis oídos)

Se despidió de ambos que la acompañaron a tomar el taxi.
Se subió torpemente y se sentó sin tapujos en el asiento delantero. Entre divagaciones raras y sentimientos de pena propios de su inmadura ebriedad agarró su monedero sin darse cuenta y dijo tartamudeando "Has..hasta el colegio internacionnnnal" y cayendo en cuenta que había pagado, revisó su vuelto deseando que el taxista le hubiese dado la cantidad incorrecta de monedas, pero no fue así. Apoyó su cabeza en el vidrio y se puso a recordar historias inventadas...

el viejo comunista en la silla mecedora, a la luz del sol que entra por la ventana de la casa templeman.
la fachada de aquella casa, de ellos seis, al fin.
la coherencia de la fertilidad y la mujer disfrutando de su jardín del presente.
el pequeño y las nenas corriendo por ahí con la felicidad de la vida en sus rostros.

la muchacha, sentada en su escritorio, negándose a olvidar la cruda impresión de una historia repetida.
negándose a leer, a creer
esperando soñar, envidiando a toda la ciudad.
ya correr no le servía, ya volar tampoco.
pero la muerte le devolvió el sentido y fue en el momento de la muerte misma cuando el inicio de la historia pronto se destruyó.
no más casa, no más sol, no más jardines, ni felicidad de vida, y la peor parte, no más viejo comunista y como consecuencia de esto último, no más fertilidad, no más...

"hey, chica, despierta, aquí te bajas?!", le gritó el taxista, despertándola de su trance. Se bajó apenas y caminó las tres cuadras que quedaban para llegar a su casa, subio todas las escaleras e intentó que el portón no sonara tanto.
Arrepintiéndose de lo dicho en la tarde y arrepintiéndose de lo hecho semanas atrás, rompió todos los platos contra el suelo de la cocina mientras pensaba:
doscientos años de qué sirvió

miércoles

anoche:
mal por haberme ido para no estar cuando te fueras.
Y ya es tarde cantan las gotas que caen de tu cielo.

hoy día:
que incentivamos conscientemente a que todo empeore y que eso de la conciencia consciente lo torna peor.


El cielo estaba despejado esa mañana y quizás todavía quedaban estrellas, aunque ella no vio ninguna. La idea de las estrellas contribuyo a potenciar su sensación. Lo que la emocionaba era sentir esos mundos a nuestro alrededor, nuestro conocimiento de su naturaleza, por muy imperfecto que sea, nuestra impresión de que poseen una pizca de nuestro pasado y de nuestras vidas aún por venir. Era esa la potentisima sensación de estar vivos en el planeta. Esa potentisima sensación de lo muy singular que es, en la vastedad de la creación, la riqueza de nuestra oportunidad. La sensación de ese momento fue un privilegio exquisito, la enorme merced de vivir aquí y que el amor nos renueve.
Le pareció el paraíso.
John Cheever

martes


que ni me mire que el tiempo nos separa (nowadays you never know).
y que paren de inmediato con sus risas maduras.
déjenme hablar!
así era la seguridad ondulada que tuve cuando yo existía en esos jardines blancos, no calmao, no fue eso antes de todo ese envenenamiento de botones? bueno, whatever.
qué hace alguien con partituras ajenas?
obvio, las vende.
entonces búscale alguien a nadie.
años después alguien le comprará una ciudad a nadie,
nadie le alegará que solo son estatuas.
que va! le dirá alguien que probablemente detestará que nadie le grite.
dont tell me you're sorry.
i am not sorry...(te las buscas)
aunque de todas maneras, para ahorrarte el moretón, callarse siempre funcionará.