jueves

momentáneos idóneos

dejando el día en el único cielo de mi mente,

cómo es que nadas y te siguen los sonidos.




dijo que el cónclave era mío:

déjate de brillarme huevón, que el lejano se perdió.

déjate de llorar mamita, lee será mejor.



la cabecera da vueltas, faltan palabras o sobran?
y es que tus frenéticas rosas buscaban quehaceres para poder mendigar por lo bajo de nuestros intelectuales traseros, pero yo desde mi idiosincrasia agitaba los brazos queriendo callar las bocas que me escupían caracteres.

y ya no te encuentro la razón, ni la rica espesura de cada antónimo sellado al girar los labios.