lunes

Nocheblanca

Olores de los noventa impregnados en mi nariz.
Cigarrillo impregnado en el piso de alfombra
del casino de esa empresa a la que solía 
frecuentar de pequeña.
Cigarrillo en las sábanas mientras jugábamos 
solitario una tarde de domingo o de sábado. 
Cigarrillo en mi ropa.
Sólo un olor.
Cinque anni.
Zapatos de charol negro con pequeñas
calcetas blancas con vuelos.
Más recuerdos, como sueños filtrados.
Demonios del círculo más elaborado.
Fantasmas que corroen mi nervio.
Soñé con el mar, entraba al crepúsculo 
y entre las olas se hacía de noche.
Pensé que estaba en aquel Brasil
de vaga-lumes inconfundibles.
Arañas gigantes y secretos de familia.
Cómo olvidar el ruido del morro,
silenciado sólo por la lluvia torrencial
de la tormenta. Sólo una tormenta.
En aquella playa de atardecer borroso
se encontraban mis peores enemigos.
Esquirlas de nudos borromeos y
prolegómenos de injusticias perpetuadas.
No sé realmente si entrar al agua
convino una precaución o más bien
un impulso de aquellos 
tiempos del borderline,
lapsos de carozo atragantado entre las piernas,
de búsqueda eterna de desasosiego.
Fruto de árbol lleno de palabras desdichadas.


Ciertas palabras antiguas 

quedaron fuera:


Comienza mi verano, polo opuesto.

Me roba un poco la calma

estar lejos cuando te quiero

cerca. Pensando formas

de evitar pensarte de

la nada o por

referencia a algo.


Hoy tengo pocas cosas

para decir porque

tengo rabia y podría 

ya pensar que eso

es algo bueno.

Mi ojo ya no duele

pero tampoco importa

porque el tiempo es así,

traicionero.


Enero oscuro,
confundido por prospectos.
Efectos secundarios,
deseados sin efecto
alguno.
Ya nada me hace
                         nada.
Revolear, vapulear
renunciar, fracasar.
Del horizonte suelo
agarrarme pero ayer
cerré las cortinas y
tapé mi fiebre con
más y más capas.
Que la sal no sala-
El café no despierta-
La comida vacía-
Y el silencio me grita.
Digámoslo todo 
en nochevieja
a la mañana siguiente 
se nos olvidará haber
estado en medio de
una discusión tan
desproporcionada.
Noches blancas,
culpando fantasmas
espectros genéticos
delirios sanguíneos.
Elegías abiertas:
me hago una con el 
agua y pienso,
ojalá no vuelvan las
ganas de morir,
las ganas
de yacer muerta con todas
sus letras.

Qué más se puede escribir luego de eso?

Primero una sombra — Después la verdad

 Sueño de la abundancia
estrago impertinente
repite el versículo 
como si fuese aria
 Remonta el aroma
a un parrón periférico
de un tiempo 
que parecía eterno
Terminó marchitándose
como la pintura
del columpio entre
las petunias
 Cumplen los años
las mismas funciones
que el olvido
 Negando los regalos
del presente perfecto 
impertérrito
 Las mismas funciones
que las cuatro fuerzas 
fundamentales 
 Imposible escribir tan claro
todo lo que siento
 Podría confundirse
con deseo enredarse 
 Entre palabras
 Fatuas e inútiles
 Jamás inocuas.



Pasa el tiempo y se me olvida que las personas mienten tan descara-
damente, que no toda palabra es literal, y pareciera ser que el fracaso
hoy por hoy es lo único transparente.
Fracaso rotundo. No tengo paciencia para nada, excepto para las ilu-
siones. Este año tenía la ilusión de volver a consumir cualquier cosa por
mis venas, ímpetu requerido para aplacar el aburrimiento interno, de un 
revés que me remite a separarme la piel con la punta de las uñas. 
Dedicarme a revisar la punta de cada aguja para asegurarme que ningu-
na pueda herirme lo suficiente como para hacerme cambiar de brazo. 
Que se introduzca como delicado intercambio ortopédico y que al des-
pertar de la anestesia, no tenga moretones que esconder. Más que ilu-
sión, es mi fantasía volver a ser la adicta que fui. Tan oscura fantasía.
En vagamente Ilion, acaso en campiñas toscanas al término de 
güelfos y gibelinos y por qué no en tierras de daneses o en esa re-
gión de Brabante mojada por tantas sangres (...) 
El otro día recordé la abstinencia en Buenos Aires, cuando S. contra 
todo pronóstico me consiguió aquel líquido de dudosa procedencia,
más bien de procedencia zona Oeste. Si mal no recuerdo, aquella sus-
tancia me dejó con fiebre dos días seguidos, como recién comenzaba 
a salir con él, tuve que pedirle a C. que me llevara medicamentos y un
termómetro. Cuando recobré mi temperatura de vampiro, decidí cris-
talizar esa basura y aspirarla por la nariz. 
Nada en la vida me prepararía para la calidad paupérrima de las jerin-
gas Industria Argentina, nada me haría pensar que extrañaría hasta el 
más sencillo tratado de libre comercio.
De todo ese delirio sólo hay un sueño mal traducido: Para este tiempo 
y momento, simplemente no puedo dejar los espacios en blanco. Una 
antigua brecha se abre, seguida por una llamada de socorro que pensé
nunca escucharía. ¿Es esto parte de mis principios? Sólo sucedió. Un
callejón ahogado, lleno de imágenes de órganos. ¿Es tristeza todavía?
Un susurro cortando mi garganta, lamentándose sobre lágrimas nunca 
secas. Por un espacio en el tiempo que fuera sólo nuestro, como un 
recuerdo perdido y olvidado. L'Hypothèse du tableau volé.
Hoy despierto molesta por otros sueños, no hay nada en ellos que me 
haga sentir bien estos días, unos escalones gigantes llenos de musgos, 
demasiado altos para lograr subirlos a pie. Debo tomar el vuelo pen-
diente a Buenos Aires y no lo logro, mi madre insiste que cruce la cor-
dillera en auto con un conocido de ella. El conocido resulta ser el amigo 
impronunciable de R., de quién, aún antes de despertar, no consigo ad-
mitir estar enamorada.
Al final de este último sueño, leo escrito: a veces mis obsesiones son 
claras y sanas, ya al despertar no puedo estar más en desacuerdo.
El fracaso me deja a la merced de un nuevo intervalo desértico y esta
vez, vuelvo a elegirlo sin dudar.



Si comenzara una carta para ti, comenzaría más o menos así...

viernes

Coyote Devices

Sacudo mi suéter y me golpea algo de arena en la cara. Recuerdo inmediatamente aquel atardecer de espontánea despedida. No puedo evitar sonreír torpemente
.
Sentada frente al arrebol pierdo la conciencia. Otro artilugio más de mi presencia humana, que revuelve mi cabeza, página por página, con el más delicado ademán. Aparezco bruscamente en la cabecera de la isla de la cocina, es medianoche y los patriarcas hablan sobre el presente y el futuro del clan. Algo parecido a la Orden, pensé. Pero sin la sangre, sin los sacrificios, ni las antipatías eugenésicas, sin todo lo terrible en verdad. Esas maldades podría encontrarlas en otras ramas de mi genealogía, probablemente más poderosas y enterradas, quién sabe en qué rincón del sur. Lo único que podría aportar exacta similitud, pienso, son las trágicas muertes y el silencio de un secreto guardado por generaciones
.
De todos modos, sólo hace falta un poco de desregulación y el poder se transforma en caos. Caos, cuando podría ser obra dorada, o simplemente entropía inocua, pensé. Altruista, me decían de pequeña
.
Evoco su tacto sobre mi pelo, su beso en la punta de mi nariz y la suya, acercándose para continuar la caricia. El tiempo es cuántico, dije más de una vez, y nunca supe muy bien qué quise decir con eso. Probablemente tenga que ver con todo esto, pierdo la conciencia y aparezco de repente. O quizás sea sólo un concepto, una idea de futuro, hoy por hoy, inexistente
.
Cuántos secretos guardará el clan, pensé mirando al vacío a través de esa copa de espumante. Cuando hablan de tierras y porcentajes, y ya no podemos quedarnos escuchando los hijos. Cuando se reúnen padre, madre y los seis hermanos. Puertas anchas de madera completamente cerradas, selladas tras papeles, firmas, lágrimas. No de tristeza quiero pensar, menos de envidia. La sangre empuja, une la sucesión sólo a través del hijo menor. Clan de fuego, núcleo de amor y de compañía irrestricta. Otra diferencia abismal con la Orden, pensé. Otro artilugio que me hace cavilar sobre la fuerza del deseo. En cada una de sus inalcanzables formas 
.
Repentinamente el vacío oscuro puja un pensamiento aún más oscuro, y ya no sé dónde estoy. 
¿Y si nada más pierdo el ojo? Pienso mareada, ¿y si agarro todos estos recursos, que hasta ahora pensaba acumular y simplemente entrego mi ojo a la entropía? No dorada por supuesto, esta vez de la más cruda y sin páramo. Qué haría con tanto y con tan poco, aún ni lo sé
.
Preocupante taedium vitae que regresa a ratos, que vuelve a acrecentarse ante cada diagnóstico. Se abren nuevas preguntas. Pienso en todas mis casas, en antiguos amores, en pequeñas ventanas que se dejan abrir al tacto, mientras me baño bajo un sol eléctrico, un cuerpo celeste deslumbrado por mis vivencias, atravesado por mis nubes favoritas. Por mis cicatrices. Mis sinestesias
.
El terror luminoso de revelar que lo que se esconde de mí, me mira de vuelta. Misteriosamente me otorga un poco de suerte, quizás un respiro. L'inquiétante étrangeté, mudo el ojo ciego, atravesado por un delicado filo que vacía mi cuenca
.
Vuelvo a pensar en su cara, recorro la imagen de mi sorpresa ante ese cariño suyo tan espontáneo, tan prístino, tan efímero a la vez. No me di cuenta de ese intervalo desértico hasta que me sacó de él, no pensé tan frenéticamente en su olor hasta que lo encontré por última vez entre las sábanas. No hace falta reiterar que cautivó mi mirada, cuestión más que difícil bajo esta visión parcelada. Mas hoy por hoy, voy olvidando. Aparezco en otros lugares sin darme cuenta y voy perdiendo su imagen, no me gustaría tanto que eso suceda. Pero ya he estado en esta circunstancia, y no es de todos modos, tan terrible 
.
Y no hablo precisamente del afecto, sino de la memoria, de un momento cuántico que está, al mismo tiempo allá y acá. Recordándonos plenos bajo el bramido de una lluvia torrencial. 
Me sacudo un pensamiento y aparece un recuerdo, anoto una epifanía y surge un augurio.
Llenamos espacios
con mensajes isomorfos
no euclidianos
tanto así
             que el tren
             de la demanda
suspira sin eco
sin resoplar
I de Invierno, 
que llega a su fin
.
Cuántos cuentos me he contado
y cuántos rimbombantes
recuerdos han brotado
de esas palabras tan tuyas
que escucho al pasar
por el lugar que nos conoció
mientras vuelvo a aparecer
súbitamente
en otro pasaje
                      hemos tenido cielos
                         y quebrantos
                       miradas y clavijas
                     miembros fantasma
                          acercándonos
                          acechándonos
siento la cosquilla
del sueño que se cumple
al día siguiente
                       y ante la presencia
                   de un horizonte obturado
                             solo sé
                     que miro al pacífico
                           e imagino
                          tu sombra 
             buscando
                 a la mía entre eones
                    y años caracol.

martes

Replicants are like any other machine


a fuerza de escribir sin fin
he podido entender que estoy
perdiendo la visión

es quizás lo que
más me duele
del tiempo

se abre un halo de luz
gigante entre retina
y corazón

se agudiza la audición
que intenta guiar la
imagen perdida

ominoso
paisaje
hoy
                                      
después de
mucho tiempo
volví a pensar
                                       
                                                                                      en la muerte.


domingo

Weltschmerz 29

Buscando fotos de valdivia encuentro chats con fikh, de nuestro fin, cruzando el chacao para volver de chiloé a puerto. nunca pensé que sería hace tanto tiempo, lo leo y me dice 
yo sueño con babear mi pieza 
como un caracol

sigo buscando, una foto con p. entre hortensias me hace recordar que esa vez también había luna llena.
unos años antes, una foto de j. g. y n. en un paseo a una fiesta en parque patricios, en esa época andaba con un nokia cuya cámara pixelaba hasta lo inimaginable. y ahí estoy yo, con la cabeza partida, sangrando en una camilla y mi amiga con su polera de rick y morty posándole a la cámara. recuerdo que s. me llevó helado luego de ese accidente, mousse de maracuyá y dulce de leche granizado. nunca más cambié de favorito.

una foto de nuestro gato karulino. continúo buscando entre archivos, un texto titulado "reverie" me revela la carta que envié a mis familiares denunciando a ese viejo de mierda. fotos de mi hermano con su amigo de infancia que se suicidó. una foto con ger en mi cumpleaños de 16, nuestro living, una galeria de arte posmo. una mariposa en nokia y mis binoculares. me impacta llegar tan lejos atrás, pensando que era una hazaña pasar los 27 sin intentarlo.

aunque lo intenté.
 
Rompí el esquema de mantenerme alejada de todo,
surgió entonces una curiosidad que me recordó espectros resquebrajados.
No hay nada como una mirada mirándote
de vuelta; unos ojos entrecerrados buscándote.

Hay cuestiones del désir que me indican
palabras irrestrictas, me gusta buscar esas
palabras, a ratos creo que se
te escapan sin querer.

Anoche soñé con el puente
                    de un primer beso
            frío y ferviente
                      bajo el cual no corría
                              agua sino sangre
corría a encontrarse con el mar.

Rompí el esquema 
mas no la quietud
de un pensamiento que
no logra abandonar mi mente
Nuestra parte de noche
en la mesita de luz

Especialmente cuando las cosas cambian
me convenzo que no puedo controlar todo,
es ahí cuando regreso a ser "yo",
            mucho más yo

Vuelvo al cielo, a la astronomía,
a recordar la cuanticidad del tiempo
y los neologismos de mi oficio 
sin embargo está ahí, siempre ahí, siempre esa oscur i   d     a        d
de la que intento rehuir
cada mañana a la 
luz de las 9

También es cierto que estaba más tranquila
pensando en estrellas y sus muertes,
y no en tus brazos sosteniéndome
mientras descanso sobre ti
una noche fría de invierno.
Vale ese frío para empezar a escribir?
Puedo llegar a conciliar
ambos imaginarios 
olvidarme de tus surcos,
uno por uno. Lo que sea primero
También para nosotros el blanco y el gris de la
                                                                    vida.
Anche per noi bianco e grigio
                                         del vivere.

La intensidad sabe cuando
viene mi cumpleaños
Tengo mucha curiosidad de saber
tu historia, envuelta en un 
halo dorado de sol punzante
que calienta sin matarnos.
Soy adicta a ir a ese café 
juntas
         igual que con ella ya
casi hace un año, congelándonos
y probablemente hablando de ti
La verdad es que hoy quise
llorar en tus brazos,
pero sólo lo actué.
                            Puedo sentir la intensidad
                            Que exudo
                            De pensamientos
                            Imponentes
                            Uno tras otro
                             Agolpándose
 
otras cosas
         Limpian con humo
         las líricas
         que nos duelen
es sólo por un breve tiempo

breves pinceladas: Un trayecto tumultuoso
para llegar hasta aquí. La quietud de
un hogar fijo, de una estación bien
vivida, con sus demandas actuales y
pasadas bien fijas. La mielina se 
deteriora inevitablemente y no se
lleva consigo las pesadillas despiertas.
Que no es necesario que anochezca
para dormir, aunque dé miedo el 
atardecer onírico.
De hongos sobre ruinas, buscarlos, con
el saber de reconocer poder ser tú
aquellas mismas.



un C h t h u l u c e n o
narrado por la voz de Faye Wong
in the image of youth



He pensado seriamente en mantenerme 
alejada para siempre, por miedo a
que se repita la historia de la
triada. Donde no encontré otro
modo de terminarlo que contándote,
luego el accidente, luego perderte.
Me freno porque recuerdo que 
ya no quiero contar tanto de mi 
vida, o no quiero quizás recordarla,
quién sabe, también recuerdo que
desde un comienzo quise guardarme
lo nuestro               y aún recuerdo que
del pasado             cuando me preguntó, me puse roja de todos modos.
hoy cumplí años
dormí en los brazos de S.
recordamos que durmió en los míos
en sus 29 pasados
y fui feliz.

encontré escaneos de fotos de Valdivia 
de cuando era pequeña
y no podía hablarle a nadie
sin sentir náuseas,

así de lejos llegué



           





















BSAS 2016/17