llueve sin ruido
hoy leyendo a cheever volví a sentir ese hormigueo prenupcial que irrumpe mis adormecimientos:
estaba cansada de intentar separar la fuerza de la soledad de la fuerza del amor y se sentía sola. se sentía sola, y el sol que se retiraba de la playa y la noche que llegaba la hacían sentirse tierna y asustada
qué es sino soledad, la fuerza del amor?
el invocarse en el espasmo del otre
con negación de una misma como ente perpetua
fuga conflictiva en un desierto
que es nuestro y está muerto
la verdad,
que es nuestra
y está muerta
y la abstracción como cauce migratorio (insolencia de mi propia cuerpa),
dirigen el reflejo hacia una dimensión subterránea
indiferente
donde está el deseo que sentí antes del tiempo
donde fue todo el ego que no compartí
sólo para buscar la profunda excusa
de no volver nunca más a ese lugar.
que es nuestro y está muerto
la verdad,
que es nuestra
y está muerta
y la abstracción como cauce migratorio (insolencia de mi propia cuerpa),
dirigen el reflejo hacia una dimensión subterránea
indiferente
donde está el deseo que sentí antes del tiempo
donde fue todo el ego que no compartí
donde va el quehacer que me acompleja
delirio de mi mano izquierda que pincha y deja de funcionarsólo para buscar la profunda excusa
de no volver nunca más a ese lugar.
john si me lees,
ven a buscarme.