domingo

es una sola línea

la risa del acorazado es como volver sin nombre. 
olvido que he de recordar los paisajes que me enamoraron de la muerte. 
suelto, no respiro, la espiral me endosa y tengo miedo de escribir en presente.
aprender a escribir al revés quizás sea más fácil que contener la angustia de un día soleado.
busco y no encuentro la distancia. 
una premonición que mi propia voz no comprende en días plateados de sustancia.
entre buen presagio e indiferencia supero la ansiedad constante al decirme algo sobre un imaginario.
que abrevio siempre al destello roto mas perverso que un incubo.
como esperar ciertas cosas de dar la misma vuelta dos veces en un mismo día.
el miedo a la rutina de llorar con las piernas mojadas. 
sólo quiero verte bañar en la lluvia morada.